Las ciruelas ya están empezando a madurar. Las cotorras lo saben, y allí van...
Mira, Francesc...el pajarito¡¡¡ :
Un puente jamás utilizado, el Pont del Tres Ulls. A mano derecha y en la parte superior, sobre los edificios, se ven con claridad los tres o...
Un periquito verde o una cotorrita ? Sí ...y !mira q horas ! ...mañana, seguro q ni pajarito, ni nada veo ; ) Muy bonitos los frutales ...aquí, si sigue este calor , los manzanos van a dar papayas ; ) Beso grande!
ResponderEliminarSíii es una cotorra !!!
EliminarMuy bien
Un beso
Mi no ver el pajarito. Pero si vuesa merced dice que está, yo, ego, me, mei, créermelo a pies juntillas. Recuerde usted que los pájaros son lo más parecido a un avión.
ResponderEliminarSalut.
Tu no mirar con atención.
EliminarTu ir despistado como Pedrito!
En las dos fotos superiores haber cotorro !!!!
Tu abrazo recibir!
Y salut
Juer Miquel ! Buscando al pajarito, por el camino he encontrado a Gabriel Rufian y a Carles Puigdemont. Nada extraño, al fin y al cabo es muy propio de los políticos subirse al ciruelo.
ResponderEliminarOjo no vayas a encontrar al Puchi!!!! Jajajaja
EliminarUn abrazo
Salut
Sí, este pajarito parece un fruto viviente, dispuesto a emprender el vuelo.
ResponderEliminarMiquel, eres un observador increíble. Te felicito.
Salud
Es un privilegio el pasear temprano por esos lugares donde se cultiva, Cornadó, el sol apenas acaricia y la brisa viene fresca. Si a esto añades la cantidad de animales que se pueden observar, poco más se ha de pedir.
EliminarUn abrazote,
Salut
Era un caluroso junio en El Prat de Llobregat, y en el patio trasero de la cooperativa agrícola "La Pagesa Valenta", un ciruelo viejo y robusto estaba en plena temporada. Sus ciruelas, jugosas, moradas y con un brillo que parecía gritar "¡cómeme!", atraían a todos los gorriones del vecindario. Pero estos no eran gorriones comunes: eran una pandilla organizada, autoproclamada "Los Picoteadores del Delta", liderada por una gorriona astuta llamada Carmina, famosa por su pico afilado y su mal genio.
ResponderEliminarCarmina, posada en una antena oxidada, arengaba a su tropa:
—¡Esas ciruelas son el premio gordo, amigos! ¡Hoy cenamos como reyes!
Los gorriones, unos quince, alzaron sus alas y piaron con entusiasmo, planeando un ataque relámpago. Lo que no sabían era que las ciruelas, lejos de ser víctimas indefensas, tenían un arma secreta: un pacto con las abejas del huerto vecino.
La ciruela más redonda y brillante, conocida como Don Ciruelo, era el cerebro de la operación. Desde su rama, observó a los gorriones acercándose y susurró a una abeja mensajera:
—Lola, es la hora. ¡Que venga el escuadrón!
Cuando Carmina y sus Picoteadores se lanzaron hacia el ciruelo, confiados en su victoria, Don Ciruelo dio la señal. De repente, un zumbido ensordecedor llenó el aire. Una nube de abejas, lideradas por Lola "La Picadora", apareció como un tornado vengador. Los gorriones, desprevenidos, intentaron esquivar, pero las abejas eran rápidas y furiosas. Carmina, en un alarde de valentía, gritó:
—¡No os rajéis, que solo son bichos con agujas!
Pero su bravata duró poco. Una abeja le rozó el ala, y Carmina dio un giro descontrolado, cayendo en un cubo de agua que un agricultor había dejado olvidado. ¡Splash! Salió empapada, con las plumas pegadas como si hubiera pasado por una lavadora. Los otros gorriones, viendo a su líder en apuros, empezaron a piar de risa, pero pronto corrieron la misma suerte. Las abejas, en un ataque coordinado, hacían cosquillas con sus zumbidos y pinchaban justo donde más dolía.
En el pueblo, los niños que jugaban cerca del huerto se partían de risa. Uno, con un polo derretido en la mano, gritó:
—¡Mira, mamá, los pájaros están bailando salsa con las abejas!
Y no estaba tan equivocado. Los gorriones, mareados y con las plumas alborotadas, parecían hacer piruetas para esquivar a las abejas. Una ciruela traviesa, aprovechando el caos, se soltó de la rama y rodó hasta golpear a un gorrión despistado en la cabeza. ¡Pum! El pájaro cayó atontado, mirando al cielo como si viera estrellitas.
Al final, los Picoteadores del Delta, humillados y con el orgullo más magullado que una ciruela caída, huyeron hacia el río Llobregat. Carmina, aún goteando, intentó salvar la cara:
—¡Bah, esas ciruelas estaban verdes! ¡Mejor vamos a por las moras de Sant Boi!
Mientras tanto, Don Ciruelo y sus compañeras celebraban con las abejas, que zumbaban felices alrededor del árbol. Los agricultores, ajenos a la épica batalla, recolectaron las ciruelas y prepararon un licor que, según decían, tenía un toque "picante" que nadie podía explicar.
Y así, en aquel junio en El Prat, las ciruelas y las abejas sellaron su alianza, convirtiendo el huerto en una fortaleza inexpugnable... y en la comidilla del pueblo durante todo el verano.
¡Felicidades, JOSELU! una narración que te aseguro, la hubiera tenido antes, con los niños a los que ayudábamos en comprensión lectora (ahora se ha acabado el curso), la hubiera puesto en la lista de lectura.
EliminarHabla de El Prat, de lo que se cultiva, de los animales que vemos, del Delta...
Gracias. Me ha gustado mucho, la imprimiré y la guardaré por si se da este año entrante la oportunidad.
Un abrazo
salut
Aquí pasa
ResponderEliminaralgo raro
en mi tierra,
resulta que
estamos a
mediados
de junio,
y los mirlos
que no se
marchan ,
actitud
rara, la
de estas
aves .
Pues sí, pues sí...Quizá se estén acomodando al clima...
EliminarUn saludo
No tengo muy buena vista, pero he visto a la cotorra sin necesidad de recurrir al circulito. Soy muy amante de las aves en general, pero éstas me caen bastante gordas, son unas matonas que con sus ruidosos cotorreos amedrentan a los demás pájaros. Me ha gustado mucho la historia de Joselu. Está bien el cuento para ponerlo como ejercicio de "comprensión lectora", tal como comentas.
ResponderEliminarUn abrazo
Estamos de acuerdo, Gran Uribe, es una plaga de aquellas de categoría. Arrasan con todo y a los gorriones, si pueden, les atacan para quedarse con su territorio.
EliminarUn abrazo grande¡¡¡
Ces oiseaux n'ont pas encore envahis la campagne ici. Par contre les prunes font le régal non seulement des moineaux mais aussi de nombreuses pies toutes aussi bruyantes ! Bravo à Joselu !
ResponderEliminarOh, discúlpame un momento. Estas aves no han invadido el campo aquí todavía. Por contra las ciruelas hacen el festín no solo de los gorriones sino también de muchas tartas muy ruidosas! ¡Bravo a Joselu!
ResponderEliminarSon una plaga que poco a poco se van convirtiendo en invasora, PHILFFF, quizá el clima les ayude, son tropicales, y el calor les gusta.
EliminarSe han multiplicado geométricamente.
Estas ciruelas son silvestres, están al lado del aeropuerto y allí campan a sus anchas.
PD: No debes preocuparte por escribir en francés, hay traductores que ahora van de maravilla y el idioma ya no es barrera, sino cultura latente.
Un abrazo y gracias por estar